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Crónica Prensa

Seis personas, tres mexicanos, una española, una alemana y una canadiense conforman una familia muy peculiar que por ahora reside en Calgary, Alberta. Mientras la familia Garrido Förster come pan de muerto celebrando el 31 de octubre mientras un calor frío por la tormenta de nieve que apenas había comenzado horas antes de la reunión familiar los abraza a pesar de la calefacción, ese fue el indicador de que el invierno del año 2017 sería de los más fríos de los últimos años, al cabo de unos minutos suena el celular de Anabelle Förster y le dice a su hija mayor Belén que por favor hable con sus abuelos.

-Hallo. Dijo Belén en alemán. 

-Hallo, glücklicher Tag der Toten. Dijo su abuelo deseándole un feliz día de los muertos. 

-Vielen Dank, ich hoffe, Sie bald zu sehen. Respondió Belén agradeciéndoles y deseando verlos pronto.

 

Sus abuelos maternos son alemanes, como su mamá, es por esto que Belén, la hija mayor de 4 hermanas ven clase de alemán cada viernes después del colegio, siendo su mamá la profesora, ya que uno de sus principios es valorar su descendencia. Al acabar la llamada con sus abuelos, Ana, la segunda hija nacida en México chatea en inglés con una amiga pero al responder a su padre se equivoca de idioma y respondió en inglés, la familia se río a carcajadas y continuó con la celebración, para esta familia celebrar fechas culturales importantes es parte de su identidad. 

Belén ama poder tener tanta diversidad cultural, la cual no todas las familias tienen, por esta razón el 6 de enero está lleno de espiritualidad y amor porque se celebra el día de los reyes magos y es un privilegio el conocer y celebrar tantos días importantes y más los de su religión católica. 

-Ufff, ¡Esta delicioso ve! Exclamaba yo mientras pasábamos el descanso con otros amigos mexicanos, colombianos y peruanos en una pequeña pero cómoda mesa café oscuro en una esquina de la ruidosa biblioteca de Saint Francis High School, al probar un polvo picante rojizo llamado Tajín con un pedazo de manzana.

-I told you, la neta el Tajín sabe a gloria. Belén afirmaba saboreando cada pedazo de manzana con Tajín. 

En ese preciso momento fue en el que descubrí que haber vivido en Ciudad de México, Zaragoza y tener familia alemana en Hamburgo fueron el detonante de mi amiga para tener una intensa pasión por la culinaria y por disfrutar al máximo la oportunidad de conocer y aprender desde que era una niña pequeña sobre la diversidad del mundo. 

En el barrio Tuscany en Canadá, Belén guarda sus guayos rosa, un tarro con agua y su uniforme para ir a entrenar con su equipo Titans soccer, su segunda familia, entrenar el fútbol es aire para ella, que llego a su vida por su papá Luis Garrido, que aparte de jugar en su tiempo libre y ser el entrenador del equipo de su hija, también es de padres españoles pero nacido en México, llevando por tradición de los dos países este deporte en su sangre. 

Al cabo de dos fuertes horas de entreno, la joven deportista llega a casa con sus piernas temblando y con una sed insaciable, su madre que estaba en la cocina preparando tacos al pastor la recibe hablándole en alemán como suelen hacer para practicar, después de hablar un poco con ella sube al segundo piso de su casa para ir a su cuarto y saluda a sus tres hermanas en inglés pero su madre las alcanza a escuchar y las regaña porque tienen la regla de sólo hablar español o alemán entre ellas para no perder estos lenguajes. 

Esta peculiar familia es fiel amiga del monstruo blanco volador que transporta a los humanos a kilómetros de distancia del suelo por todo el planeta tierra, en sus equipajes no puede faltar la ciudadanía canadiense, los pasaportes españoles y mexicanos, además de su celular ya que ella tiene muchos amigos de diferentes países y en esta época tan arraigada a la tecnología los teléfonos la ayudan a mantener una buena comunicación con personas que no viven en su mismo país y ciudad. Al llegar al destino que suele ser siempre México en épocas de vacaciones su cuerpo se ensambla con la cultura de dicho país como si siempre hubiera vivido allí.

Ha pasado ya más de un año desde la última vez que vi a la familia Garrido Förster reunida, sus padres esperando en la parada del bus a sus hijas después del colegio, recuerdo el frío congelándome las manos como si estuvieran metidas en el refrigerador, el cielo gris pero irradiaba felicidad y el fuerte pero melodioso sonido de la nieve al ser pisoteada por mis grandes botas negras con cordones verdes para convertirse en una perfecta pintura, siendo los protagonistas mis buenos amigos mexicanos, árabes y canadienses, una obra de arte compuesta por diferentes culturas, idiomas y  personalidades, reunidas riendo a carcajadas. 

Si tuviera que elegir entre estos países elegiría México a pesar de que sólo vivió su primer año de vida allá, pero ha creado recuerdos maravillosos en su juventud, además se relaciona mejor con la cultura mexicana porque ha tenido más influencia por parte de sus padres que se criaron en DF. España para ella es un manjar… literalmente, sus ojos se alimentaban de la exquisita arquitectura de Zaragoza, de la deliciosa comida y de la cercanía de otros países como Francia o Alemania para poder ir a visitar en carro. 

 

Por otro lado, está Alemania, un país el cual ha visitado un par de veces para ver a sus abuelos, con un idioma anglosajón complejo de aprender pero que domina para poder conversar con sus familiares, un país que aprecia aunque no tiene la misma conexión como la tiene con México, España o Canadá. Oh Canadá, que bella luces de blanco, adornada con místicos rasgos hasta el polo norte, oh Canadá, hueles tan bien con tradiciones desde Ucrania hasta Argentina, oh Canadá, no apagues la radio porque sigo tratando de entender todas tus melodías, oh Canadá.

 

 A parte de hablar tres idiomas, la joven rubia de 19 años estudia artes en la universidad AUarts en Calgary, en la cual va en el segundo año, en su tiempo libre es barista en Starbucks, siendo su primer trabajo, es por esto que opina que laboralmente hablar tres idiomas es una bendición porque la hace resaltar para poder ganar el trabajo que desea. Dejo de entrenar fútbol con tanta frecuencia porque el tiempo entre la universidad, el trabajo, pasar tiempo de calidad con su familia, amigos y salidas con su novio que conoce desde la infancia no le dejan mucho tiempo para hacer ejercicio, sin embargo va al gimnasio cuando le sobra tiempo de su ocupada vida.

 

El próximo año que viene 2020 la familia planea un maravilloso viaje a México en el cual harán el camino de Santiago, una caminata tan increíble como comer un helado de chocolate y larga como la muralla china. Por el momento Belén es muy feliz en Calgary, pero no descarta la opción de irse a vivir a otro país en donde no haya tanto invierno, ya que su ciudad de residencia tiene un fuerte invierno que dura ocho meses y el verano es como una estrella fugaz.

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